Al año y medio, me mudé a una casa más grande y donde podía tener un espacio más cómodo para atender. Ya no tenía un simple gabinete, ahora eran dos… Pocos meses después conocí a Florencia, la Dra. del equipo, que buscaba un espacio tal cual tenía yo. Desde ahí fuimos sumando servicios, y distintas propuestas en conjunto que sumaron más clientes. ¡Esto también llevó a la necesidad de tener más herramientas, o sea más manos! Y sumamos una masajista y distintas profesionales de belleza al equipo. Así que decidí darle un nombre especial al lugar, que ya no me identificara solo a mí, sino a todas… y después de un pienso que incluyó a varias personas y amigos… surgió OMNIA (significa TODOS en latín) y wellness house, porque era esa casa, mi casa que principalmente daba bienestar.

¡Hoy por hoy, OMNIA ya no es más mi casa, pero si es la casa de todos! Todos los que quieran sentirse relajados, sentirse bien, sentirse en calma, sentirse atendido, sentirse alegre, y sentir desahogo también.